¡Pumas nunca más!

¡Pumas nunca más!

Qué tal si hablamos de los Pumas, que al parecer siguen de moda, pasaron en 15 días de la gloria deportiva al ocaso humano y quedaron encerrados, extraviados, en un laberinto sin retorno tras el sentido homenaje con el que los All Blacks despidieron a otro guerrero, el Diego, tan negro como ellos, tan perseguido como los Maoríes.

Ese siempre vibrante Haka derrumbó un mundo de figuraciones en el que muchos idealizaban a este conjunto de fachos, racistas que jamás deberían lucir una camiseta que nos represente, aunque el rugby desde la UAR misma esté todo viciado de representatividad y el odio se transversalice a la mayoría de ellos.

Porque si los All Blacks no hubiesen puesto en evidencia el notorio vacío que realizaron los Pumas a la partida del Diego, ninguno de ellos estaría realizando una autocrítica, pidiendo perdón o ensayando una especie de sanción para que el mundo crea que no están de acuerdo con algo que los representa y les da razón de ser.

Si los Pumas no recordaron al Diego, es porque ellos no son merecedores de homenajear al ídolo de mayor popularidad en el mundo, que hizo grande al deporte argentino ante el mundo y fue todo lo grande que pudo ser un deportista, sin renunciar a sus principios ni renegar de su bandera, fue argentino hasta la muerte y ellos no son dignos de él.

Ese grupo de ricachones que se apropiaron de un deporte lo vaciaron de conciencia social para tornarlo en hobby de élite, olvidando que entre sus pioneros hubo militantes desaparecidos que lucharon por un mundo más justo, sin embargo, estos muchachos apenas luchan en las redes por sostener el nivel de odio que los transita.

Pumas ya nunca más gozarán del respeto de este Pueblo, nunca más serán motivo de madrugones o de aliento, su aberrante conducta define el perfil que los caracteriza, desde los que actuaron hasta los que callaron, solo nos quedaremos con las honrosas excepciones que supieron romper el cerco de frivolidad que los encapsula.

El Diego, ese Diego al que quisieron ningunear, puteó a todo un estadio cuando chiflaron nuestro himno, no fue Puma fue un León, siempre un León, con hambre de gloria, él nos dio alegrías, tantas que muchas veces lloramos abrazados a nuestros viejos o nuestros hijos, ustedes apenas son una foto en la antología del olvido.

Ustedes no merecen al Diego, les queda grande, es un gigante ante la chatura humana que los recorre y está muy bien que hayan sido los All Blacks quienes hicieron un emocionante reconocimiento al genio, al 10, mientras enfrente con una cinta aisladora en los brazos un grupo de desalmados observaba en silencio cómo se los devoraba la historia.