Por el país que soñamos
Por Raúl E. Valobra
Luego de una semana intensa, dramática, el país sufre aún la incertidumbre bélica de esta escalada criminal de precios del detestable empresariado argentino que desfasó de manera deliberada todos los contratos sociales, negando con estas maniobras el acceso a los alimentos a millones de argentinos que sufren el enriquecimiento de unos pocos apátridas.
Hay que decirlo, gritarlo, denunciarlo, es necesario que todo el arco político salga a exponer los nombres de quienes lucran con el hambre del pueblo, esgrimiendo argumentos que no pueden ser sostenidos en un realidad global, con la bronca callad ni la amenaza constante se logran resultados y estos canallas desbordados de insensibilidad siguen acumulando fortunas, evadiendo, fugando.
La “irresponsabilidad política” de Guzman para renunciar vía Twitter, un día sábado, con una carta de 8 carillas, es decir, sin que esto sea un acto reflejo o de calentura, más bien se trató de algo premeditado que finalmente actuó de acicate para entrar en las entrañas de la economía y herir su delicado equilibrio -como se observa en el mundo- debido entre otras cosas a la post pandemia y a la guerra.
En este contexto, las variables de crecimiento de Argentina son formidables, ya que las estadísticas señalan que se llevan 13 meses consecutivos de crecimiento de la producción industrial, mejoró la exportación, cayó el desempleo, es decir no estamos en una economía de crisis, la crisis la quieren inventar los mismos que desde hace más de 200 años pretenden manejar a su antojo el país.
Señoras y señores habitantes del mundo de la política, a los que los mueve las buenas intenciones y la honradez, es hora de dejar de lado las banderías, que en estos tiempos hasta suelen ser circunstanciales, para que juntos acometan contra el poder económico que intenta desestabilizar a las instituciones de la democracia, con maniobras mafiosas que buscan llevarse puesto un gobierno legítimo.
Hablen el idioma de la gente, sientan como propias las necesidades de la gente, dejen de lado las disputas personales y políticas, por una vez tengan la grandeza que tanto proclaman discursivamente y actúen en consecuencia con verdadero carácter democrático, con sincera preocupación humana y patriótica, dejen de lado la recurrente chicana y gesten acciones altruistas para construir un país donde todos tengan mismas posibilidades.
Por una vez, una, dejen atrás sus egos y sus aspiraciones y piensen en aquellos argentinos que esta noche no pueden acceder a un plato de comida o a un techo, piensen en cada niño con hambre, en cada hombre sin sueños y por ellos tengan gestos nobles, saquen lo mejor de ustedes, si no va a ser así callen, por favor callen.
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