Tu triste argentinismo barato

Tu triste argentinismo barato

Lic. Raúl E. Valobra

Qué tristeza saber que era todo mentira aquel abrazo apretado con millones de argentinos, aquella conmovedora y multitudinaria marea humana que esperó a su selección campeona del mundo, como nunca antes se había hecho en ningún país, al grito desgarrado: ¡Argentina! ¡Argentina! ¡Argentina!

Qué decepción que cuando cantabas “por los pibes de Malvinas que jamás olvidaré”, era solo una canción, pero a los pibes de Malvinas ni bola, por eso votaste a un entreguista, cipayo y traidor a la Patria, sos parte de eso y aún lo sostenés entre dientes para no asumir tu tremendo error.

Solo saliste a la calle y te abrazaste a la bandera como parte del exitismo que te caracteriza, aunque en realidad sos un retorcido y resentido social que detesta a los pobres y los morocho, que víctima y esclavo de ese odio interno votaste a Milei para hacer mierda a todos, inclusive a vos mismo.

De ese día inolvidable y emocionante, no dejaste nada en pie porque con un voto dinamitaste las bases de un país que intentaba ser justo, para cada argentina y argentino, como esos a los que te abrazabas; intentaba ser patria y no colonia, como quieren que seamos los que votaste por odio.

Y lo peor es que ese día nos sabíamos, nos sentíamos, éramos: Campeones del Mundo y sin embargo, votaste a un desequilibrado mental que solo nos hace sentir y creer somos los peores del planeta, nos pretende derrotados para poder entregar el país a los yanquis, los ingleses y a Israel.

Ahora, cuando ya el odio no te ayude a llegar a fin de mes, si es que tenés trabajo todavía, y dejes de sostener como un lacayo “déjenlo gobernar”, entonces vas a pedirle a la oposición, a la CGT, a los piqueteros, que salgan a manifestarse porque no hacen nada y el país es un desastre.

Sos así de patético y contradictorio, desangrando tus fracasos, con la soberbia de los necios, tirado en el living, mirando los zócalos de tus canales, para retroalimentar tus fantasías de un país que no existe, observando despidos, aumentos, inflación, entrega de recursos.

Eso sí, camiseta en mano, con tu argentinismo a cuesta y el vacío intelectual que te caracteriza, esperando la Copa América, para volver a salir a gritar por este hermoso país -que contribuiste a exterminar-, de algo estoy seguro, si el Diego estuviese vivo, si no hubiese partido hacia la inmortalidad, te escupe en la cara.