Un Adiós Eterno a Alex Campo

Un Adiós Eterno a Alex Campo

Por Raúl E. Valobra

Hoy finalmente sepultaron al pequeño Alex, en medio de un emotivo cortejo fúnebre desde su barrio hasta el cementerio, tratando de encontrar respuesta a todo aquello que no lo tiene desde esta perspectiva humana, donde el dolor de una partida temprana duele en el alma, sin atenuantes.

Alex no fue víctima solo de un loco, fue víctima también de un sistema desigual, donde existen enormes concentraciones de riquezas que producen como contrapartida pobrezas extremas, que son estigmatizadas y odiadas por aquellos que viven en una realidad paralela, sin conciencia de los demás.

Alex, estaba cubierto de humildad y la bondad navegaba en su mirada inquieta, recorrió todos los resortes del Estado que le brindaron contención, desde el “Hogar Laura Vicuña” hasta el merendero “Federico y sus amigos”, dejó en ellos testimonios imborrables de afecto, que hoy son lágrimas de ausencia.

Nada supo borrarle la sonrisa ni le prohibió participar de las actividades que ofrece la sociedad, era jugador de los Torneos Barriales y militante pequeño de las movilizaciones de la CTA y el MTL, con quienes tenía identificación y participaba asiduamente, pero sobre todo era una excelente persona.

A Alex no lo mató solo un chacarero inescrupuloso y desalmado, lo mató un capitalismo que acrecienta las asimetrías sociales hasta llevarlas al punto del rechazo absoluto entre sus partes, Sánchez representa el odio de los ricos hacia los pobres, el rechazo absoluto de aquello que no conoce.

Sánchez tuvo tiempo en su viaje alocado de pensar qué iba a hacer, tuvo tiempo de decidir cómo echarlos del campo si era su intención, en cambio, acometió con toda su furia sobre los pequeños cazadores, atrapando finalmente a Alex, debajo de su poderosa camioneta, asesinando su inocencia.

¿Acaso alguna vez esta bestia en ese raid de locura que lo llevaba rumbo al asesinato pudo sentir empatía por esos adolescentes que apenas galgueaban para ayudar a una olla flaca, más flaca en épocas de la pandemia, acaso no pudo llegar y hablar con ellos si es que su deseo era proteger su propiedad?

No, no pudo nada de eso, porque adentro lo habitan esos odios que siembran los medios y los discursos dominantes, Sánchez fue víctima de su propio veneno, y por eso se transformó en un cobarde asesino que pagará con años de cárcel, ojalá que sea por el resto de su vida, aunque Alex ya no vuelva a contagiarnos su sonrisa.

Alex, tal vez en su concepción del mundo jamás pudo comprender que ese hombre vendría a matarlos, por eso no supo reaccionar, porque no tenía la maldad adentro y esperó que Sánchez bajara a retarlos, para entonces irse sin decir palabra, nunca supo qué clase de asesino temerario venía a arrancarle la vida.

Y lo peor, el cuadro más aterrador, la inexistencia total del arrepentimiento del asesino ante el cuerpecito de Alex que yacía ya sin vida, “llévenselo de acá”, sí, se lo llevaron y hoy descansa en paz en el cementerio, aunque su amor seguirá habitando en cada uno de aquellos que lo conocieron y hoy lo siguen llorando.