PARÁBOLA DEL CANALLA Y EL BOLUDO

PARÁBOLA DEL CANALLA Y EL BOLUDO

Cuando el destino cruza un canalla y un boludo, nada bueno puede salir, porque generalmente el canalla logra sus propósitos y el boludo termina siendo funcional a los intereses del primero.

Sucedió que un periodista, avieso y resentido, se topó con el testimonio videográfico de un manifestante (el boludo) de la marcha de la Unión Trabajadores de la Economía Popular que marcharon en reclamo de alimentos para comedores y en rechazo a la baja de beneficiarios del plan Potenciar Trabajo.

Nada pasa en el país del canalla, solo abundan los planeros y piqueteros, en su país, no hay hambre, ni pobres ni enfermos sin medicación, nos hay despidos, no cierran fábricas ni comercios, en su país no existe una inflación terminal ni se licuaron los salarios y jubilaciones.

El de eso no opina, porque su perversión le pide sangre y entonces procede con ese mandato, para ello nada mejor que vaciar de sentido un reclamo colmado de argumentos, en el país 24 millones de personas están por debajo de la línea de la pobreza y eso es lo que no debemos perder de vista.

Pero al canalla solo le interesa denostar a los pobres, jugar para los poderosos, como expresión de su aporofobia, entonces estigmatiza a un manifestante (demasiado boludo) que declara estar allí porque le pagaron “10 lucas”, queriendo significar con esa nota que ninguno de los miles de activistas sociales está allí por necesidad, van porque les pagan.

Lo que resta por saber es que el boludo seguirá siendo pobre y de ahora en más, además, jamás lo volverán a convocar a las marchas, las razones están a la vista, el canalla seguirá siendo siniestro, buscando noticias de impacto, con esa anteojera social que le impide ver cómo está el país, porque de eso jamás opinan ni suben una nota para fijar su posición.

En el país del canalla, el problema no es la pobreza, el problema son los pobres, por eso los combate, los ataca, los ridiculiza, es apenas un granito de arena a la noble causa, por ese país con el que sueñan, lleno de banderitas extranjeras, con un pueblo sumido en la miseria y unos pocos ricos administrando la entrega de la colonia.