Danza de nombres en el Peronismo bonaerense con el gobierno de Axel
Mario Ishii está a punto de volver a salir a buscar "traidores". Creía que su relación con Axel Kicillof iba a ser mejor, máxime si de su Universidad Nacional de José Clemente Paz salieron los más importantes funcionarios del gobierno provincial.
Ahora no puede creer que deba andar pidiendo casi por favor, aunque no sea su estilo, por un lugar en el gabinete provincial. Sabe que sus antiguos "pollos" Federico Thea, presidente hasta que decida lo contrario del Tribunal de Cuentas y Pablo López, el ministro de Hacienda, entre otros, son de su estrecha confianza, aunque antes que nada deban siempre pedir autorización a Kicillof.
Siquiera pretende un Ministerio, ya que todos fueron repartidos. Sino una mísera dirección, poderosa, pero dirección al fin, como lo es la de Vialidad, que está bajo la administración de Gabriel Katopodis, el nuevo vocero oficial de la resistencia peronista kirchnerista renovador.
"El Griego" tiene otra cosa en mente. Según informaron extraoficialmente, para ese lugar requerido por Ishii ya estaría designado el ex intendente de Cañuelas, Gustavo Arrieta, que también ocupó ese lugar a nivel nacional junto con Katopodis.
Sin embargo, el diputado Parlasur, Gustavo Arrieta, parece tener como prioridad honrar el cargo para el que fue votado, dentro de este esquema de ajuste y expresó oportunamente sobre su actualidad: "necesito tiempo para el Parlasur y para acompañar al espacio en 4 años terribles que se vienen para las finanzas municipales y provinciales".
Ishii, de excelente relación con el anterior ministro Leonardo Nardini, es uno de los siempre rebeldes intendentes que saben que cualquier candidato lo va a necesitar. Máxime Katopodis, con quien comparte la misma sección electoral, la Primera.
Otro que se quiere sumar a la sucesión de Kicillof es Jorge Ferraressi. Menos histriónico y comunicativo que "Kato", tiene una ventaja con respecto del resto. Conoce a La Cámpora y a Cristina Fernández de Kirchner como pocos. Desde su municipio, Avellaneda, se solventó durante muchos años el Instituto Patria, del cual fue vicepresidente.
Desde hace algunos años, y con mucha más fuerza desde el fin del armado de las listas del año pasado, su relación con Máximo Kirchner se rompió. No sólo porque siempre vio como una amenaza velada la importancia que le daban al senador Emanuel González Santalla, que obtuvo su reelección, obturando que Ferraresi pueda designar a otra persona de su confianza.
Por eso no extrañó que se viera en un espejo que le provoca pánico. Durante el breve plazo de tiempo que fue ministro nacional, el intendente vio como todos los días los camporistas locales le decían a todos que Santalla iba a ser su sucesor y Ferraresi ya había decidido no volver. Fallaron. Volvió mucho más rápido de lo que muchos pretendían y les ganó sin despeinarse.
El "Espejo" en el que se ve el ex ministro de Vivienda es Hurlingham, donde Juan Zabaleta, otro "camporólogo", por volver más tarde, perdió por un puñado de votos contra Damián Selci de La Cámpora. Por eso ambos empezaron a conversar sobre el armado político para la Primera Sección y empezaron a puntear los aliados con los que pueden contar. Uno mudo y otro histriónico, son la cara y seca de una misma moneda, a la que también podría sumarse Fernando Gray, con un éxito importante en el freno al aumento de la tarifa del transporte público por un amparo.
En Hurlingham también se dio algo impresionante. El intendente camporista Selci aumentó las tasas 90% promedio, aunque su discurso sea siempre en contra del "feroz ajuste" del gobierno nacional. En la negociación ingresaron los "libertarios" locales, a los que querían pedirle de todas maneras el apoyo para sancionar la ordenanza fiscal impositiva.
Rápido de reflejos, el coordinador de La Libertad Avanza local, Rafael Di Francesco, le ofreció un trato. Por sus tres concejales ellos le pedían tres diputados nacionales para apoyar la ley ómnibus, con lo cual, la negociación fracasó, aunque lo que se escuchó lo sorprendió más. "Máximo no tiene el manejo que tenía en el bloque", le insinuaron.
El peronismo bonaerense aún no pudo digerir dos situaciones que lo pusieron en crisis. El resultado electoral del noviembre, que lo dejó sin gobierno nacional y, fundamentalmente, financiación directa para todos los gastos del gobierno de Kicillof. Lo otro sobre lo que no pudo reponerse es la caída en desgracia de Martín Insaurralde, el articulador de todas las variantes y de la mayoría de los jefes comunales con Máximo Kirchner.
La Cámara Baja era conducida por un socio político personal de Insaurralde como Federico Otermin, a quien reemplazó otro amigo como Alejandro Dichiara. Chocolate Rigau trabajaba para Claudio y Facundo Albini, quienes no militaban con Otermín pero le dieron en la línea de flotación aunque luego ganara la elección de Lomas de Zamora.
El Senado lo conduce Verónica Magario y, oh casualidad, cuando se observaban las cámaras del Banco Provincia desde donde recaudaba "Chocolate" vieron otras personas que hacían su mismo trabajo, pero para el Senado, con lo cual la gestión de la matancera entró en pánico. Como el jefe político de la vicegobernadora es Fernando Espinoza, el enemigo político de Insaurralde, todos empezaron a ver una "vendetta" del dirigente del cual hoy nadie sabe el paradero pero todos lo pueden ubicar.
Mientras esto se debate en el submundo oficialista, la máxima preocupación del gobernador pasa por el futuro inmediato. Él está convencido que la parálisis económica será total y los intendentes ya lo abruman con pedido de asistencia financiera y de asistencia de alimentos porque la gente volvió a pedir comida.
Por eso ayer se juntó con varios intendentes y algunos de sus ministros, aunque sigue encargando todo lo de su confianza a Carlos Bianco. Sin los recursos adicionales del gobierno nacional y la caída de la coparticipación, el gobernador percibe que el año será una tortura económica y no quiere frenar ninguna de las obras y los planes que proyectó para 2024.
Fuente: El Cronista
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