El Peronismo y su eterno renacer

El Peronismo y su eterno renacer

El Peronismo está vivo, Argentina está de pie. Ese ha sido el mensaje que se ha enviado con una masiva manifestación en defensa de la inocencia de Cristina Fernández de Kirchner en la Plaza de Mayo, epicentro de todas las batallas sociales de la Argentina y lugar primigenio del Peronismo, que ahora disputa contra la ultraderecha del presidente Javier Milei y su feroz aparato represor, la Justicia corrupta y los medios adictos.

La prisión domiciliaria, anunciada primero por los medios, contra la expresidenta y presidenta actual del principal partido opositor al gobierno, condenada por corrupción, de manera vertiginosa luego que ratificara su candidatura, a seis años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, sin que se haya presentado una sola prueba en su contra.

Esta maniobra que limita con lo mafioso, movilizó a gran parte de las fuerzas vivas del país, luego de la oficialización de la fecha en que Cristina concurriría a Comodoro Py, con la posterior anulación de su comparecencia, lo que derivó la convocatoria, desde el seno del Partido Justicialista, para asistir a la plaza desde las 14, contra lo que se considera es una clara intención de conseguir la proscripción política de Cristina, solo por ser la principal líder de la oposición.

“Vamos a volver”, dijo Cristina en su mensaje grabado desde el departamento en el que estará recluida. La plaza estaba en completo silencio, con el ruido de fondo del aleteo de las palomas, escuchando la voz de su dirigente por los altoparlantes. “Vamos a volver, vamos a volver”, empezó a gritar entonces la multitud y fue ese el espíritu que sobrevoló en la manifestación.

Estoy presa porque saben que se cae este modelo. Pueden encerrarme a mí, pero no van a poder encerrar a todo el pueblo argentino. No me dejan competir porque saben que pierden”, agregó Cristina Kirchner. “Hoy es el momento de demostrar que vamos a defender la democracia con las mismas herramientas con la que la construimos. Lo vamos a hacer sin violencia, pero con coraje, Vamos a volver, vamos a volver”cerró.

Si hay algo que el Peronismo tiene claro es cómo construir su épica, nadie que haya participado de la movilización dejó de estar conmovido sin pensar si la marcha fue o no “la más grande de la historia”, pero sin dudas fue la más emotiva y significativa de este siglo, de todos modos, cuando se pensó en acompañar a Cristina hasta los tribunales federales, previo al inicio de su condena y la notificación virtual decidida por los jueces dejó a la expresidenta en su casa, buscando aletargar el impacto la convocatoria popular.

Más allá de mensurar también la marcha en términos cuantitativos, donde cientos de miles de personas llenaron la Plaza de Mayo, existió en términos cualitativos un renacer de la mística Peronista, esa que siempre la ayudó a renacer de sus propias cenizas y lamiendo sus heridas; sorteando además los escollos que el gobierno opuso para complicar la llegada de los manifestantes, con controles policiales en los ingresos a la capital.

“Si no te dejan elegir no es democracia”, se leía en una enorme pancarta montada en frente a la Casa Rosada. No todo está perdido, al Peronismo siempre le queda una carta, un as bajo la manga y en este caso será para revertir la inhabilitación perpetua de CFK, una medida viciada de nulidad, aunque el único camino legal son los tribunales internacionales.

Fuente: El País