Datos al margen de "Vamos a Volver"

Datos al margen de "Vamos a Volver"

El metamensaje que aún no descifraron muchos de los políticos que creen que con esta Plaza de Mayo alcanza, es que el revés electoral no se supera con esta marcha multitudinaria, tan colosal e indescifrable como la elección que encaramó a Milei como presidente, por eso, no debiéramos trasladar a votos directamente la masiva participación del pueblo este miércoles 18 de junio pasado.

El hastío, el hartazgo de la sociedad con cierta clase política tiene que ver con la ausencia absoluta de sintonía entre ambas, la falta de representatividad que ellos ven en sus candidatos, en algunos casos devenidos en divas o divos, ostentando conductas propias de millonarios, que muchas veces ni se preocupan ya en ocultar, para mantener cierto decoro.

Es que el poder suele otorgar cierta cuota de impunidad, por eso es que hoy se habla de “parecerse a sus votantes”, pero ellos se mudan a un barrio privado o un country, tan de manual, dejan de caminar por el barrio, de manejar para ser trasladados a todos lados por choferes, hacen apariciones programadas y salidas escoltadas (lo del vestuario no entra en el detalle).

Esto, es solo una parte de lo que generó “la apatía electoralista” en estas nuevas generaciones -y en parte de las otras también-, vivir una vida paralela a la de los políticos que deben ir a votar para que sigan acrecentando sus riquezas, mientras ellos –los votantes- no saben cómo seguir achicando gastos para llegar a fin de mes, en medio de la “misiadura” generalizada.

Hablen de esto también, no puede existir motivación en el ciudadano de a pie, si ir a votar solo le cambia la ecuación económica al candidato pero a ellos los resigna a seguir igual, subestimar la capacidad intelectual de millones de votantes es un gran acto de soberbia y creer que esto no acabaría en algún momento de la peor manera es uno de los motivos que permitieron que Milei sea hoy presidente.

Y cuando se reclame sacrificio, que la gente común sienta, vea, perciba, que quienes reclaman ese esfuerzo, eterno, también lo realizan y dejen de creer que cada acto político es “la escena de una película” ni los despachos oficiales “sets televisivos”, traten de parecerse a la gente para que ellos puedan reflejarse en ustedes, solo así seremos capaces de volver, como soñamos todos.