ESE HISTÓRICO IDILIO ENTRE EL PERONISMO Y EL BALCÓN

ESE HISTÓRICO IDILIO ENTRE EL PERONISMO Y EL BALCÓN

El problema del país es que Cristina sale al balcón y baila con algarabía, al saberse acompañada y respaldada en esta hora tan aciaga de la República, en la que el Poder vuelve acometer contra su humanidad, esta vez sin el revólver de Sabag, apenas con fallo tan criminal y asesino como aquel balazo que no salió.

Resulta difícil poder traducir a palabras este grotesco reclamo sincronizado de los más “expertos” operadores ensobrados del periodismo gorila, legisladores y funcionarios del Pro y LLA y la gente bien del país, para quienes es inadmisible el claro intento de desestabilización institucional, una clara proclama de sedición.

Ella está condenada, perseguida, hostigada, encarcelada, proscripta y debiera estar triste, herrumbrada, al borde del abismo y sin embargo baila, festeja, celebra y se ríe como si un aura mágico la protegiera y la blindara de ese emanación cloacal que emerge de ellos, sus detractores, y allí está bailando, perenne e inmaculada.

Ahora, yo me pregunto ¿cuándo fue que esta banda de comunicadores, políticos afines y sus consumidores empezaron a creer que bailar en el balcón era una locura y NO lo es la reducción presupuestaria al Garrahan ni quitarles remedios a pacientes oncológicos o agredir a un niño con trastorno del espectro autista?

¿Cuándo fue que pasaron a creer que lo bueno era agredir a los artistas que expresan su inconformismo, insultar a personas por su pertenencia a distintas comunidades sexuales, degradar a los científicos para justificar la brutalidad del ajuste, apalear a los jubilados que salen a protestar para no morirse de hambre?

¿De verdad que ante la crueldad de este gobierno a ellos los indigna y los pierde verla a Cristina bailar en el balcón ante esa multitud que desaforada le expresa su amor inclaudicable, los perturba eso más que los alimentos que se pudrieron en los depósitos, al tiempo que la gente de los sectores vulnerables pasa HAMBRE?

Pero no los subleva que condenaron a una inocente y proscribieron así a la estadista argentina de mayor talla de este siglo, con un fallo viciado de nulidad, escandaloso, que será recordado como uno de los bochornos más vergonzantes de la nefasta historia judicial del país y por el cual un día tendrán que rendir cuentas.

Malos augurios veo sobre nosotros como república, políticamente organizada, si permitimos que proscriban a la mujer que nos dio los mejores estándares de vida de los últimos cincuenta años, garantizando derechos a la ciudadanía,  redistribuyendo riquezas y forjando un futuro de bienestar para los argentinos.