ADIÓS PEPE

ADIÓS PEPE

Se fue uno de los imprescindibles, el Pepe, tal vez el más humilde de los grandes o el más grande de los humildes, uno de esos que no tienen reposición, insustituible, partió con su sabiduría, con el tiempo necesario como para soltar ese equipaje mundano al que solemos aferrarnos y marcharse en paz con el universo.

"¿Qué es lo que le llama la atención al mundo? Que vivo con poca cosa, una casa simple, que ando en un autito viejo, ¿esas son las novedades? Entonces este mundo está loco porque le sorprende lo normal", dijo Pepe Mujica en una entrevista con BBC Mundo, en diciembre de 2014.

No se sumen a querer congraciarse con el Pepe desde la recalcitrante derecha, a la hora de la despedida, porque los aborrecía, los detestaba, no los representa ni los sintetiza, es el más alto exponente del socialismo y estuvo situado en las antípodas de sus pensamientos, enarbolando las banderas de la igualdad y la empatía.

Se fue un filósofo de la política como práctica humanizadora, un constructor de igualdades que predicaba desde la llanura de su personalidad arrolladora y cautivante, se marchó un hito mundial de este siglo XXI, uno de los pocos o el único que pudo sostener desde los hechos su grandilocuencia discursiva.

"El grueso de nuestras sociedades está sometido a una autoexplotación, porque lo que gana tiende a no alcanzarle, porque todo está hecho como para que nunca le alcance. Y tiene que conseguir más, y trabaja más y más y más, porque gasta cada vez más. ¿Y con qué paga? Con el tiempo de su vida, que lo gasta para producir valor para poder pagar", continuó, concluyendo: "¿Cuándo soy libre? Cuando me escapo de la ley de la necesidad", Pepe Mujica, 2024.

Llegó a enriquecer a la política y no a enriquecerse con ella, la supo como la única herramienta transformadora capaz de achicar asimetrías y acabar privilegios en un mundo injusto, donde la crueldad de la concentración económica expresa el egoísmo de un sistema pergeñado para la destrucción de las clases vulnerables.

Se fue el Pepe, pregonando “humildad”, contribuyendo con su espacio hasta el último momento, luego de haber derrotado al “ego” que tantas veces priva a las grandes personalidades de ser puente y faro en el trasvasamiento generacional para terminar recluidos en el ostracismo, sin poder eslabonar a sus sucesores.

"Algunos me dicen: 'Es marxista'. No, el estoicismo es más viejo que el cristianismo, no me jodas. Es una vieja corriente de filosofía, una concepción de la vida. Por eso la sobriedad con que vivo. Y como fui presidente vienen acá y ven esta casita y me admiran. Pero no me siguen ni en pedo", Pepe Mujica 2024.

El Pepe sí, lo pudo hacer, lo supo hacer, dejó de lado la soberbia que las investiduras circunstanciales pueden embeber en nuestras conductas, fue uno más, un soldado más, un militante, evadido de la grandeza de sus conceptos, de la colosal herencia que legó a las generaciones venideras, de los ejemplos que nos trascienden.

Se fue sin revanchas en su haber, a pesar del odio que descargaron sobre él, persecución, cárcel, tortura durante los 13 años de cautiverio, hasta 6 balazos en su cuerpo, jamás habló de venganza, se fue con la simpleza de siempre y con toda su riqueza interior, se marchó pero no alcanzará el tiempo para lograr que lo olvidemos.

"Triunfar en la vida no es ganar. Triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae. Estaré errado, pero mis sueños siempre los tuve y los tengo largos. No me pueden decir que no tengo estrategia; puede ser una cagada pero la tengo. Para soñar todavía me sobran patas". Pepe Mujica 2015.