DOUMENTO FINAL del Encuentro Multisectorial por los DD HH

DOUMENTO FINAL del Encuentro Multisectorial por los DD HH

Raúl E. Valobra

Es bueno comenzar con un profundo agradecimiento a Marisa Fassi por su inestimable colaboración, fundamental para la realización de este encuentro, confiando en nosotros de manera incondicional; también a Esteban Sarlenga y Malva Balbo del ICC,  a Silvia Garegnani de Espacios Verdes, a Maru Das Neves, de la Secretaría Privada. Por otra parte agradecemos a: Kike Alcoba; a Simón Gómez, Guido Peralta, Libertad Rodríguez, Flavia Guardia, Telma Martines, Manu Negrín, que siendo parte de la gestión de gobierno nos dieron un gran apoyo a través de su presencia. 

De los que no estuvieron no sería conveniente opinar ni tampoco prudente, ya que cada uno sabe por qué banderas lucha y qué cadenas arrastra, para muchos nos significó un hermoso lugar para poder hablar y expresarse ya que no existen en Cañuelas muchos ni pocos lugares donde hacerlo y acá se lo brindó sin egoísmo, claro que algunos funcionarios y militantes de nuestro espacio no están a la altura de ese desafío y navegan por la tibieza cómoda del silencio y el aplauso.

Con aquellos que compartimos el tiempo de las reuniones y los debates políticos que se establecieron en el seno de cada encuentro sabemos de lo enriquecedor de esta experiencia singular y cuánto hemos fortalecido nuestros vínculos y el respeto recíproco que escapa a la investidura de cualquier cargo circunstancial, además de ejercitar el respeto por la pluralidad de pensamientos.

Pena por los que dijeron que iban a estar y no estuvieron, los que estuvieron a medias, los que no se comprometieron, los que solo quisieron figurar, los que nunca dieron señal de vida ni expresaron una palabra de crítica o de apoyo, los que no se supieron parte de esta hermosa experiencia que recién se inicia y que en marzo nos pondrá otra vez a prueba.

 

Documento Final

La sociedad argentina de estos tiempos del siglo XXI nos plantea nuevos interrogantes, nuevas necesidades en el término de los DD HH, ya que, de acuerdo a todas las estadísticas observables, lejos de mejorar y alcanzar resultados satisfactorios en la reparación de derechos vulnerados y más allá de aquellos nuevos derechos otorgados y reconocidos por el Estado, la visibilidad y el protagonismo de nuevos actores sociales hasta ayer invisibilizados pone sobre la escena de la realidad una infinidad de problemáticas que exigen respuestas.

Las aristas de esta lucha por nuestros DD HH se tornan inabarcables desde los preceptos lineales establecidos hasta el siglo pasado, resulta imposible contenerla sin la incorporación de una nueva mirada, mucho más abarcativa, que tienda al equilibrio de las voces de todos los colectivos sociales que hoy luchan por sus derechos, desde el respeto a la diversidad y a condiciones inherentes al ser humano, desde la aceptación de todas sus elecciones de vida, en la conformación de nuevos paradigmas sociales que nos modifican.

Cada derecho vulnerado es el más importante, no existen derechos violados que no conlleven una alta cuota de dolor, de resignación, de estigmatización pero hay matrices donde se conciben violaciones colectivas que profundizan las asimetrías y condicionan luego el desarrollo de la sociedad, como también las tensiones sociales que internamente se producen y la manipulación a la que nos someten, cuando hablamos de matrices sociales nos referimos por ejemplo a la producción-circulación de discursos; y al derecho inalienable de cada individuo de tener libre acceso a la información y cuando decimos información queremos decir A LA VERDAD.

Esta batalla se torna neurálgica desde la búsqueda de una patria que sea representativa de toda la topología social que la compone y no se transforme en la perpetuación de un cúmulo de privilegios del poder, que, por otra parte, avasallan nuestra pretensión de generar condiciones de igualdad, con la implementación y la utilización aviesa de mecanismos políticos, mediáticos y judiciales que nos convierten en rehenes de ambiciones inescrupulosas, con prácticas corporativas que alteran los principios de la democracia.

Podríamos enumerar cada derecho que sistemáticamente es vulnerado en el marco de la sociedad pero sin duda que los que comprenden a la niñez ocupan la centralidad de todas las luchas y preocupaciones, desde el maltrato familiar a la explotación laboral, junto con todos los derechos que el Estado debe garantizar con igualdad de oportunidades, sin que existan privilegios ni condenas estructurales preexistentes que condicionen el devenir nuestras infancias, abarcando Salud, Vivienda y Educación.

Este siglo trajo nuevos cuestionamientos a los sistemas estatuidos y dados como normales, entre ellos el patriarcado que significó una vulneración constante a los derechos de la mujer, algo que se iniciaba en el seno familiar y que se extendía en todas las interrelaciones establecidas en las que las consideraciones y estimaciones previas tendían a la degradación de todo vínculo igualitario que establezca una paridad de género, necesaria y vital en términos de construcción de una sociedad que no consienta el abuso patriarcal.

La República Argentina está a la vanguardia de los DD HH, sienta precedentes, desde la lucha contra los genocidas de las dictaduras, en la que Madres y Abuelas de Plaza con sus respectivas asociaciones tuvieron el reconocimiento mundial en la lucha contra el terrorismo de Estado y el macabro plan de exterminio que se desencadenó en el país, desde el golpe militar de 1976 y que en materia de DD HH significó el momento más oscuro de nuestra historia, provocando muertes, desapariciones, torturas, violaciones, robo de bebés, condenados y tipificados como “juicios de lesa humanidad”.

El Nunca Más, que se pronunció en el juicio a las juntas marcó un hito a nivel mundial porque por primera vez desde la recuperación de las instituciones de la República se juzgó a quienes en nombre de las investiduras del Estado cometieron crímenes que fueron considerados imprescriptibles, por los que aún hoy son juzgados y que enarbolan la bandera más genuina sobre DD HH, en esas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que se enfrentaron a la ferocidad de los dictadores, logrando no solo la condena a perpetuidad de muchos de ellos sino también la recuperación de 130 nietos que habían sido apropiados ilegalmente.

Aquel Poder Judicial que juzgó a las Juntas no tiene simetrías con la composición mafiosa que existe hoy y que obscenamente quedó expuesto con las revelaciones surgidas del grupo de “Lago Escondido”, donde evidentemente responden a intereses de corporaciones que operan sobre la decisión de determinados jueces y fiscales, en detrimento de todo el sistema democrático para el que juran y que en la independencia de poderes establece uno de sus principios fundantes, en la que esa independencia entre sí tampoco puede permitir que uno de esos poderes esté cooptado por intereses que dañen al país.

Sin una Justicia justa no habrá DD HH que puedan ser contemplados, no será posible sostener cada conquista o ir por más, con una justicia corrupta todos en el país estamos en libertad condicional, temiendo no chocar contra los intereses de los poderosos que hoy mueven a su antojo como titiriteros a sus marionetas con togas, el mensaje de disciplinamiento fue dado en el fallo contra Cristina, que denota una persecución manifiesta pero que en su connotación tiene un significado más profundo y aterrador, para quienes decidan enfrentar a ese poder mafioso.