SE ACERCA EL BICENTENARIO DE CAÑUELAS
Cañuelas se aproxima a vivir una fecha singular e irrepetible, el bicentenario de su fundación, un acontecimiento que nos tendrá como protagonistas, a cada cañuelense, por el solo hecho de haber nacido y/o habitar este suelo, un privilegio que portamos con orgullo.
Los festejos del bicentenario deberán abarcar todas las aristas que nos dan forma e identidad de cañuelenses y además deberán dejar testimonio arquitectónico, artístico y cultural a las próximas generaciones que nos sucedan, que signifique un puente entre el pasado y el futuro.
La magnitud de este suceso no puede ser absorbido por funcionarios municipales ni planificarse de espaldas a la comunidad, sin la participación de aquellos ciudadanos notables en cada disciplina, con ellos es necesario armar la comisión del bicentenario para poner manos a la obra.
Aquellos constructores diarios de nuestra idiosincrasia tienen que aportar su caudal de conocimientos porque son ellos quienes modelan nuestra identidad, cualquier celebración que nos los involucre adolecerá de legitimidad para arrogarse el carácter popular y será solo una muestra de la superestructura.
La celebración del bicentenario de Cañuelas no es potestad de nadie ya que significa un hecho histórico que nos interpela como sociedad y nos pone de cara al devenir, el compromiso y la responsabilidad del poder político es asignar los recursos que garanticen la ejecución.
Todo aquello que pueda ser ideado, diseñado, pensado por personas, sin la consulta ni la opinión consensuada de otros, será sencillamente un montón de intenciones con la soberbia pretensión de representatividad, que se lo otorgará el recorrido por un trabajo colectivo y plural.
Es de pensar que habrá una obra arquitectónica alusiva a la fecha, que se intentará dejar un testimonio escultural, plástico, poético, musical y teatral, entre otras cosas, con el interés de incluir y diversificar, con la ambición de abarcar las huellas del pasado y amalgamarlo a los desafíos del futuro.
Las raíces que refieren al tradicionalismo no pueden estar ausentes, la floreciente artesanía necesita un espacio para exhibirse, Cañuelas tiene un virtuoso equilibrio entre campo y ciudad, y necesariamente deben formar parte de este festejo que nos involucra a todos.
Estamos a tiempo, tenemos los elementos que se precisan, solo falta la voluntad para convocar de quienes conducen, para demostrar amplitud e idoneidad, para estar a la altura de las circunstancias y hacer de esta fecha un mojón identitario que hable de nosotros, los cañuelenses.
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